El último favor que Kiko Matamoros ha pedido a Makoke
La guerra entre Makoke y Kiko Matamoros ha vuelto a estallar y él ha puesto el freno a su exmujer de una manera muy tajante. Se avecinan curvas
Parecía que la tempestad entre Kiko Matamoros y Makoke había amainado tras meses sumidos en una guerra mediática sin cuartel, pero nada más lejos de la realidad. El colaborador arremetió hace días contra la malagueña al culparle del distanciamiento que ha sufrido con Anita Matamoros, la hija que ambos comparten. Makoke no se quedó callada y le contradijo en ‘Viva la Vida’: «Miente como un bellaco, ya no le tengo ni cariño. Lo que dice es falso, si tiene narices que cuente lo que ha pasado pero que no mienta al público. Yo no voy a hablar pero que no mienta a la audiencia».
Unas horas más tardes, era Kiko Matamoros quien se sentaba en otro plató, el de ‘Sábado Deluxe’, para contestar a la que un día fue el amor de su vida. Durante un discurso de más de ocho minutos, desveló que el enfado de Makoke procedía porque su actual novia, Marta López, frecuentaba la misma peluquería y otros lugares a los que solía ir también la exazafata del Telecupón.
Además, sacó a la luz un mensaje de texto en el que Makoke le tildaba de «tonto y ridículo». Poco a poco, Kiko se fue calentando: «Lo que no voy a soportar ni un minuto más es que la que mientas seas tú. Me sobran historias para no necesitar ni nombrarte, que es lo que voy a hacer».
Kiko Matamoros, en ‘Sábado Deluxe’ / Mediaset
Matamoros reprochó a Makoke que no le devolviera los muebles que tenían en casa, recalcó que no tenía tanto dinero si no fuera por él y acabó explotando: «Te puedes meter los muebles donde te quepan, puedes hacer con tu vida lo que te dé la gana pero solo te voy a pedir una cosa: déjame en paz, no me pongas más palos en las ruedas y déjame vivir mi vida. No ha sido tan grave lo que he hecho. He sido más imbécil que justo. Tienes dos casas que valen tres millones de euros entre las dos. Tienes un embargo de Hacienda que te han derivado de 800.000 euros por mi mala cabeza. Pero gracias a mi mala cabeza tienes ese patrimonio. Entonces lo mínimo que podrías hacer después de veinte años de currar como un cabrón, son esos cuatro p… muebles que me iba a llevar. De sostener esa familia, de sostener a tu hija, a ti, a mí, a la chica de casa, a los perros y a los gatos. Pero si no lo quieres tener, vale, que te aproveche, que te mojes el culito en la piscina en verano y disfrutes de todo lo mío que se ha quedado ahí. Pero déjame en paz».